miércoles, 15 de junio de 2022

 





Tu real corona

                       

                       El año 2020 nos dijo, “tu real corona es tu corazón” y no va en la cabeza, la vida no responde a la cabeza, es por ello que ese año comenzó como maestro para muchos, nos tomó de la mano y nos puso frente a un espejo llamado cámara donde no quedó más opción que mirarnos.

                     Ahí estuvimos muchos hablando a una cámara sin retorno, sin cercanía de humanidad latente, ahí estuvimos grabando videos para enviar a los alumnos los docentes, veíamos nuestros gestos inevitablemente, teníamos de frente un lenguaje corporal que se hizo visible para quienes tuvimos que afrontar la tecnología impuesta de sopetón para solventar la falta de contacto físico.        La vergüenza de vernos como nunca antes tan de cerca en todo sentido de la palabra y en todo sentido del sentir se volvió moneda necesaria, se dio rienda suelta a los ataques de pánico, la ansiedad subió al mil por mil, el vacío y el miedo hicieron acto de presencia sin telón alguno, y para aquellos que la vida creyó que debíamos ser fuertes, todos aquellos que jamás creímos que nos pasaría, si nos pasó. La pandemia se llevó nuestros seres amados. En mi vida se fueron papa y mama, los dos con un mes de diferencia nada más.

                  Tuvimos que ir en busca de nuestra verdadera voz, no la falsa voz que busca reconocimiento, fama y migajas de cariño, muchos descubrimos que nos vinculábamos con la vida y la muerte con una voz ajena, otros sin siquiera una voz, y tuvimos que aprender a dejar de negar el miedo por mostrarla. La pandemia fue un tiempo que se nos negó lo más esencial para el ser humano para sobrevivir saludablemente que es el contacto físico, principalmente los abrazos.

              Las resistencias se volvieron cotidianidad visible sin pausa, nuestra intimidad se vio vigilada al tener que realizar videos llamadas desde casa, al distraernos por las redes convirtiéndonos en rehenes por algoritmos para la construcción de una inteligencia artificial que observa como funciona nuestro mundo emocional que aun sigue sin auto dominio propio.

             Entraron a nuestros hogares y entramos a los hogares de otros, se rompieron límites y estructuras que creímos que jamás sucedería, nos tuvimos que readaptar a nuevas normas de convivencia. Todos los cambios son buenos, seguro que todos aprendimos algo, nadie sale ileso de algo así, a la fuerza claro para algunos, por dolor o por miedo, que bueno sería que aprendamos el valor del cambio desde una elección consciente, desde una actitud de agradecer y honrar la vida, honrar los padres y las experiencias de vida, que bueno sería empezar a encontrar y compartir nuestra voz genuina del alma, apropiarnos de nuestra verdadera felicidad, y no la falsa, no la felicidad artificial, y es que para ello yo he descubierto que necesitamos crecer internamente, crecer espiritualmente, madurar emocionalmente, perder el miedo a sentir, perder el miedo a vivir desde el alma.

             Una pandemia que para algunos nos invitó y para otros nos obligó  a perder el miedo a la frustración, a ser más tolerantes y resilientes con la incertidumbre, lo viejo y lo nuevo conviven y para muchos aun no solo no sabemos convivir con lo nuevo, sino que ni siquiera conocemos lo viejo, aun así no perdamos de vista todo lo bueno que nos regalo esta pandemia a muchos, como resistir a lo irreemplazable como es el contacto con otros seres, la cercanía, a que nos caímos pero

también nos levantamos, que aprendimos a recibir y a pedir ayuda, vencimos la soberbia de creer que podemos solos, aprendimos a conectar con esa bondad dejando el aferramiento al egocentrismo en todos nosotros para ayudar a pesar del miedo, a pesar de los infiernos internos que vivió cada uno, se quemaban me lo contaron y lo viví sin demora, pero dejando por fin crecer nuevamente la vida del soñador interno una vez más como cuando fuimos niños, muchos recordamos nuestros sueños.

              En esta pandemia que nos tocó vivir, muchos hemos descubierto que aquello que mencionaba la novela del principito que, “lo esencial es invisible a los ojos” hoy ya no tanto, quizás es invisible a los ojos físicos, pero lo hemos sentido, hemos experimentado lo que realmente es esencial para el corazón y para el alma en todos nosotros. Así que pandemia del año covid 19 corona yo ya aprendí a donde va mi real corona. Gracias.

 

Rosana Romero. 


martes, 7 de junio de 2022

Lo que genera el Tantra en mi vida y los rituales.

 




                                            Los primeros encuentros con mi maestro de Tantra siempre agradeceré su voz con tanta paz y paciencia, mencionaba como la práctica del Tantra busca sacralizar la materia, me resultaba tan lejano esa comprensión, a veces me encontraba sumergida en una mente discursiva y hasta rumiante sobre el esfuerzo de insistir en querer comprender desde el intelecto, era más simple de lo que imaginaba, solo que yo me encontraba con una mente compleja y enredada.

                                          A los pocos meses ya lo estaba experimentando y luego de un par de años y gracias a escribirlo logro tener cierta compresión, al menos un poco más que al inicio, de que va esto del Tantra y la expansión de los sentidos, del estado de presencia, de lo maravilloso de volverse consciente de vivir de manera serena el sentir y de uno mismo sumergido en las experiencias de la vida en una presencia con uno mismo de lleno, al cien por cien y no a medias.

                                           Después de un año estudiando muy de cerca con mi maestro y practicando Tantra yoga, Tai chi chuan, chi kung, y hasta cuando fue necesario para mi exceso de energía masculina agresiva, practiqué algunos ejercicios de wu shu kun fu, tomar masaje, aprender sobre los chakras, en total entrega a mi maestro. Luego de pasar varias veces por el proceso oruga- mariposa, de necesitar conocer mi ego, en la oscuridad e ignorancia sobre mi misma donde me encontraba, luego de aprender a dejar de creer cuando la tengo clara en algo es cuando mas perdida en el ego estoy, en cambio cuando me entrego a la bondad, a la guía de dios en mí, al fluir de las experiencias sin desear cambiarlas es cuando todo empezó a cambiar en mi vida radicalmente.

                                      Fui observando sensaciones y percepciones que se involucraron más allá de los sentidos. Cada día me descubría a mí misma diferente, podía leer mis experiencias con otra actitud a la Rosana que yo auto percibía antes del Tantra y de mi maestro en mi vida, me sentía más receptiva y sensible, me volvía cada vez más suave y femenina, estaba despertando la mujer consciente en mí. La shakti estaba despertando. 


                                       Este descubrimiento me otorgaba mucha gratitud, sentirme a gusto conmigo misma, todo un avance, claro que antes tuve que percibir y aceptar que no me aceptaba tal y como era, no me sentía a gusto con quien o como era Rosana. Un camino lleno de rituales para convertirme en ser una mujer libre de condicionamientos crecía cada día con mucho entusiasmo. Vivir en Brasil beneficio y me guio a un viaje interno accediendo a una conciencia acerca de que es lo que realmente quería vivir, ¿cómo, donde y cuando? Quizás era muy pretencioso creer que ya entendía, de hecho, fueron trampas para mi ego, pero también necesitaba conocer como operaba mi ego y que mascaras usaba para no permitirme crecer. El comprometerme con la escritura me llevo a descubrirme. Encontré entre mis escritos, registros de varias experiencias personales que sin ser consciente fueron los peldaños que me trajeron a esta conciencia de sacralizar la materia.

 

                                      La frase “cuando como, como” y “cuando duermo, duermo” lo escuche por un canal de YouTube de un programa de radio de buenos aires que escuchaba en aquella etapa, alentador para nuestro bienestar y aunque reconocí que no resultaría fácil igual tome el desafió y me esforcé por ponerlo en práctica. Comencé por la alimentación, elegir conscientemente mis alimentos fue mi primer gran paso, luego con lo de “cuando duermo, duermo”, para facilitar el descanso real limpiándome del exceso de información elegí audios de meditaciones guiadas o música de relajación para usar antes de dormir o alguna lectura reflexiva. Eso se convirtieron en hábitos que con el tiempo se convertirían en recursos éticos para batallar la mejor versión de mí con la peor versión de mí. 


                                   La consagración de sacralizar la materia llego cuando me auto percibí disfrutando de los rituales cotidianos, preparar la comida, disfrutar de la música, del silencio, de la propia compañía. Recordé a mi maestra de reiki cuando me había enseñado a dar reiki a los alimentos antes de comer, a los medicamentos, a las plantas, a los animales, a lugares y hasta los proyectos, así que comencé a hacerlo. Ahora mi alimentación también es mi medicina y mi mayor habilidad para los momentos más difíciles es la disciplina, no es solo voluntad, es compromiso y entrega a desear crecer internamente.

 





17/05/2013 Buenos Aires

 

                                        Es un bello día de sol otoñal en buenos aires, la escritura tiene su lugar de importancia, me siento feliz y agradecida por ello, receptiva al entorno, acabo de tomar conciencia que hace varios días estoy sumergida en la escritura y solo estoy alimentándome con pan, un pan casero que estoy comprando en una linda panadería de este lugar. Mi desayuno, almuerzo y a veces hasta mi cena ha sido este pan. Tengo la sensación de no necesitar nada más que escribir y de este pan. Un recuerdo perdido de mi niñez llego, es mi padrino José cura de la parroquia del barrio donde viví mi primera infancia. José nos visitaba en casa o lo encontrábamos en la calle con mi madre y recuerdo como siempre tenía pan en su bolso, no sé porque sacaba su pan, lo partía y compartía con mama y conmigo, recuerdo sentirme incomoda por eso, quizás porque a los niños nos aburre el pan y queremos dulces, no lo sé, quizás era vergüenza, lo único real es que jamás olvide ese gesto, siento agradecimiento, este pan casero actual trajo esta memoria. Hago una pausa con mi escritura, tomo un trozo de pan, cierro los ojos y recuerdo la dulce mirada de mi padrino, gracias padre declaro con total gratitud y sin incomodidad esta vez, lo revivo de otra manera.

                                  Tengo el pan en mis manos con los ojos cerrados, siento su textura suave, me envuelve el aroma, percibo hasta la levadura,  el aroma de la casa se suma desde un fondo respetuoso, el perfume a madera lustrada del piso y la calidez del hogar me envuelve, siento el sol que ingresa delicadamente por las grandes ventanas de esta linda casa donde me voy disolviendo en el disfrute sereno en un encuentro exquisito conmigo misma, este momento es único, está sucediendo un encuentro que cada día voy a querer volver más seguido. Sin abrir los ojos sigo sintiendo el noble pan, la casa, el sol, las grandes ventanas, el piso de madera, siento el aroma de los lápices de madera en la mesa que sostiene mis hojas, siento el aroma de un libro nuevo también, abro los ojos sintiéndome emocionada por tal expansión de unos de mis sentidos y observo el florero en esta mesa con flores rojas, me quede tildada en estado de gratitud y salí de ese estado declarando; Que la luz del sol hoy alumbre todo lo que tenga que ser en el día de hoy.


                              Un año después de esta esta primera experiencia consciente sobre la expansión de los sentidos, en Brasil, con otra cultura, otro idioma, se vuelve a repetir otra experiencia semejante. Un grupo de personas con ideas holísticas nos invitaron junto a Eduardo a un ritual llamado. “Ritual do pao”, ritual del pan. Seguimos con más experiencia del pan, aunque aquí fue un poco más profundo.

                             Éramos catorce personas, doce adultos y dos niños, en una casa grande, espaciosa, con aroma a madera limpia fusionada con el aroma alimonado que tanto amo de Brasil, una casa con una gran galería, había una mesa grande de madera maciza lustrada de un tamaño para más de doce personas. Los anfitriones de la casa hicieron mención de la intensión del encuentro, luego uno de ellos leyó unos párrafos de un libro que escribió la persona con quien vivieron por primera vez ellos la experiencia del ritual del pan, compartieron la felicidad que sentían de compartirlo ahora con nosotros, nos invitó a pensar en intensiones y deseos tantos personales como a nivel colectivo y social para abocar al ritual. Me recuerdo con el deseo latente de siempre por poseer claridad quizás no de inmediato pero lo antes posible y amor en todo lo que hago y el mismo deseo pensé para lo colectivo y social, así que mantuve esa intensión para la realización del pan.              Que podamos ver con claridad más tarde o más temprano la razón o la intención por la que hacemos las cosas que hacemos en esta vida, ese fue mi deseo personal y colectivo, luz.   


 Luciana la anfitriona nos sugirió que sería bueno dar cualquier técnica energética al pan como reiki o cualquier otra, o con tener la intensión desde el corazón era suficiente. También fui consciente en ese momento me atropellaron pensamientos de derrota y una fuerte urgencia por atender necesidades muy personales. Me esforzaba para que mi dialogo interior no me aislara de lo que estaba ocurriendo. Al oír la siguiente frase me sentí nuevamente en el absoluto presente.

 

Recordar que estar consciente de nuestras intenciones al crear es donde reside el poder transformador.

 

Esa frase me fue suficiente para entender que lo que necesito ya está sucediendo, ya está en proceso, solo necesitaba sostener la intensión y descansar en esa fe del proceso de la vida con los acuerdos de almas.

 

                              El ritual del pan siguió su curso, continuo la guía del ritual Carolina, una paulista profesora de yoga, menciono que este pan significo muchas veces su sustento de alimentación y también como trabajo ya que muchas veces salió a la calle a vender su pan. Me sentí identificada ya que en ese momento había nacido en mi la intensión de vender unas tartas dulces en la playa pero sentía mucha vergüenza y eso mismo trajo a mi memoria el recuerdo de cuando era pequeña que mi madre preparaba unas tortas para que fuera a vender por la tarde en la puerta de la escuela donde yo iba, recuerdo la vergüenza que me generaba eso, inmediatamente regale las palabras de ho'oponopono a este recuerdo y lo abrace con amor, lo solté y volví al momento presente y a prestar atención a carolina que nos guiaba con los pasos para realizar del pan.  La preparación lo hicimos en un recipiente grande donde se mezclaron todos los ingredientes secos, cada uno de los participantes experimentamos sumergir las manos en esos ingredientes, cerrando los ojos y conectándonos desde el tacto las texturas de los ingredientes, sentí agradecimiento por ese acto tan simple y sensible. Preparar alimentos o cocinar siempre lo disfrute, pero de esta manera tan simple, consciente y desde la gratitud era por primera vez.

 

                        Una mujer a mi lado menciono que sentía mucho desagrado por tener que meter las manos en aquel recipiente con harina y otros ingredientes, la note muy tensa por tener que hacerlo, juzgue que no era tan grave para sentirse así y al instante de juzgar, recordé que a mí me desagrada introducir mis manos en alimentos húmedos, una posible reflexión del mismo surgió en mi interior…

 

No es en sí los fluidos o los ingredientes secos, no es el afuera, creo que son nuestras memorias que nos condicionan a vivir nuestras nuevas experiencias nuevas por un pasado sin amarlo o transformarlo. En ese instante regale las palabras de ho'oponopono. Lo siento mucho, perdón, te amo, gracias.

¡Gracias a esta experiencia, mis manos se introdujeron en los alimentos húmedos, líquidos, secos, todos con total agrado, fusionándome y expandiendo el sentido del tacto, transcendí mis memorias limitantes! Abrace al pasado.

 

                            El ritual continuo y llego la fase del amasado, cada uno de los participantes uno a uno se disponía a entrar en contacto con la masa, me senté a observar a cada uno en silencio y sin juicio, disfrutaba ver como cada uno se conectaba diferente con el contacto, con el modo de tocar. Cuando llego mi turno lo primero que surgió en mi fue abrir la masa en forma circular creando una flor que se cerraba suavemente con mi amasado, percibí las miradas, se me acelero el corazón, respire profundo y me volví a conectar con el alimento, deje de amasar cuando mis manos dejaron de moverse, me dispuse a realizar reiki, de forma natural me predispuse como canal sin preguntarme nada y sin querer entender nada. Cuando todos terminamos con el amasado, llevamos los panes armados en placas de aluminio hacia el patio, nos sentamos en el césped en forma circular y colocamos los panes donde les daba los rayos del sol del atardecer.

                         La dueña de la casa volvió a leer unas palabras del libro del ritual del pan y luego nos dispusimos todos a meditar. Disfrute mucho meditar, sentirme en el simple presente de respirar sin pensar ni en mi pasado ni en el futuro, ya ni me acordaba lo que me apenaba cuando comenzó tal ritual. No duro mucho la tranquilidad en mi interior, aun no estaba tan fuerte, mi cuerpo comenzó a molestar con sus necesidades de frio, hambre, cansancio y para frutilla del postre se hizo presente un fastidio incomprensible.

                    Cruzamos mirada con Eduardo, me ofreció para retirarnos antes, acepte a pesar de sentir incomodidad por retirarnos antes de que terminara el ritual. La dueña de casa se siento apenada por nuestro retiro y se ofreció a guardarnos nuestra ración de pan, Eduardo acepto y se comprometió para ir a retirar la ración que nos correspondía a ambos.

                   La semana siguiente me encontraba en el centro histórico de Paraty donde me encontré con Eduardo para ir a unas posadas que nos recomendaron para ofrecer nuestro servicio de masajes, era ya el medio día,  menciono que tenía nuestra ración de pan del día del ritual que había pasado a buscar antes de nuestro encuentro, lance un gritito eufórica como niña por la sorpresa y alegría, me había olvidado, pedí que me mostrara el pan inmediatamente, Eduardo no le parecía el momento pero insistí efusivamente y accedió. Lo tenía en su bolso apenas lo saco, tomé con arrebato de alegría el pan envuelto, lo abrí e inmediatamente lo olí con los ojos cerrados y una sonrisa colmada de dulzura me envolvió, recordé el ritual, me sentí agradecida y lo partí como lo hacía mi padrino cura José, allí en el medio de una de las calles de piedras de Paraty en su centro histórico. Ese medio día perpetuaba mis memorias sagradas.

 



                                                       Rituales nuevos continuaban sucediendo, esa misma semana conocí a Sandra una carioca como le dicen a las personas de Rio de janeiro, casada con un argentino, tenían un bar en la playa y una tienda de ropa en el barrio jabaquara de paraty. Sandra me animaba a preparar mis tartas dulces, ella me la compraría para el bar, me anime a tomar el desafió, busque los ingredientes para lograr una receta italiana adoptada como receta argentina, la humedad del lugar y la calidad de la harina o falta de algunos ingredientes me desafiaban a readaptar la receta. Sandra se iba de viaje y prometió que a su regreso me compraría las tartas, yo me entusiasme como niña y me dispuse practicar antes para probar, las primeras no me salieron bien, pero la tercera salió bien. Sandra aún no había regresado de su viaje y las tartas anteriores ya las había dejado para consumo personal, la tercera tarta me anime a jugar en un lugar lejos de casa, así que las prepare en porciones, las envolví muy bonitas, las dispuse en una canasta que me compre, había comenzado muy temprano mi día con mi ritual esta vez fue con la tarta, cerca del medio día estaba todo listo y me anime a salir a jugar, me puse un vestido blanco de playa con mariposas azules, una capelina blanca y me fui a la playa a vender mis tartas.

                                                    Un dialogo con mi niña hice al decir internamente que esto es un juego, nadie nos está pidiendo tener que hacerlo, es distinta esta experiencia, no es como la memoria de ir a vender tortas a la escuela, para las personas de la playa es natural ver personas contentas que acercan alimentos para su tiempo de ocio. El ego se hizo presente también aparecieron las ideas de auto definirme y etiquetarme como persona de alto valor por los logros de profesora de educación física, profesora de yoga, bailarina y escritora, como iba a salir a vender tartas dulces a la playa.

                                                  -No soy ninguna de esas etiquetas afirme para batallar con el ego y sus juegos, repetir las palabras de ho'oponopono, lo siento, perdón, te amo ayudaron para la calma. Gracias a decirme exorcizarme a mí misma desde un juego mental que a veces creo voy a volverme loca, pero esas son cosas del ego para que no seamos naturales, espontáneos y libres para expresarnos. Todo fue un éxito el juego de caminar por la playa y ofrecer alimentos caseros, cambié la perspectiva del asunto, pude disfrutar fluir fácil en el disfrute de hablar con la gente en la playa, eso fue lo más enriquecedor, vendí casi todas mis tartas a muy buen precio que elegí yo misma, el aprendizaje de independencia financiera comenzaba también con este simple juego, yo determiné el valor de mi trabajo.                                                 


                                               Así mis rituales se volvieron conscientes y se incrementaron, me permitían el camino del cambio constante que me brindaba mayor compresión de mí misma para salirme de la mente discursiva que todo lo juzga y que opina por todo, sumergirme en lo sensorial, en el presente, lograba vivir más plenamente una vida más real y no tanto desde los conflictos internos como anteojos para leer la realidad, además al abrazar las memorias que podían haber sido trágicas empezaba aumentando la capacidad de resiliencia Así comencé a sacralizar la materia, en principio con mis rituales y luego manteniendo la conciencia en la intensión de que todo es sagrado en mi vida.

                                              La realización del pan y cocinar se volvió un juego creativo cada día más expansivo, donde convivo con memorias que se activan y reflexiones que  nacen como consecuencia de la comprensión que logro por amar. Pasaron casi dos años y decidí compartir este ritual y conciencia de preparar el alimento a conciencia en mi ciudad natal de Rosario. Pasar el legado de mis experiencias transcendentales es para mí una forma de agradecer a la vida por tales milagros.

 






Gracias infinitas hoy y cada dia de vida....

 


martes, 15 de octubre de 2019


                Diario de Shakti es el primer ensayo de un libro pensado para compartir conmi circulo mas cercanos, libro que me generaba una urgencia y necesidad de comprender el valor de escuchar las emociones reprimidas como el enojo y la culpa y que lo lograria vaciandome y compartiendolo. Diario de shakti entonces es el comienzo de plasmar y compartir en como opera  la energia creativa en mi vida, que la emocion hecho palabra  pueda desde una mirada realista inspirarnos a ser mas observadores para vivir mas pleno sin  aferrarnos a esa identificacion que hacemos con las experiencias personales,y estar cada dia mas satisfechos con lo que nos ofrece la vida, abrazando la capacidad del soñador interno en nosotros para contribuir a una mejora constante en lo personal para una mejora colectiva. 

              Buen viaje hijito de papel, gracias necesidad y conciencia interna que me guiaron a que sea posible este primer paso. La energia creativa  para el hinduisimo nombrada con la palabra shakti representa la energia femenina, la creatividad ilimitada y son los orgasmos del universo creando realidades en la materia para quien se abre al mismo, para ello hay que desarrollar o practicar ser receptivos. 

             Bienvenido a este espacio que intentare compatir textos de libros propios en proceso, textos que puedan inspirar, animar, abrazar o incluso para abrirse a ver desde otras perspectivas. Elevo la intencion de que pueda resultar util, cercano, calido o puente hacia algo en ti aun por conectar contigo mismo a traves de las experiencias propias y ajenas que compartire, como me ha pasado a mi a traves de los libros que he leido y de las propias experiencias que busco convertir en libros tambien. Gracias por leerme. Un abrazo.


              Rosana Romero. 


















sábado, 7 de septiembre de 2019

Desde la práctica a la palabra

                 Un dia descubri que con poseer un cuerpo de mujer no me convertia en femenina, ni mucho menos en la mujer que deseaba ser. Un dia entre sin tener conciencia de esa segunda vida donde comence a reconocer como operaba la energia masculina agresiva en mi,, una energia egoica que me era util para una manera efectiva de operar desde mi programa de supervivencia, una energia que me guiaba a sastifacer necesidadades y protegerme, que me volvia competitiva con los hombres sin ser consciente, muy sexual pero sin conexion con el cuerpo, dominaba mas la cabeza, habia conflictos por resolver, miedos por afrontar, muertes simbolicas por transitar, perdiddas vitales por sentir para romperme en miles de pedazos y desde un lugar vacio y nuevo volver a construir. 

                Todo este proceso de conciencia me lo facilita la practica y contemplacion del Tantra en mi vida que se canaliza en la escritura y la danza. 

                   
               Recuperar lo sagrado que desde antaño nuestros ancestros tenian conexion fluida, y aprender a honrar nuestra propia vida es mi gran aprendizaje, ahora queda compartirlo y entregarlo. Gracias, te abrazo. Rosana Romero. 








  Tu real corona                                                El año 2020 nos dijo, “tu real corona es tu corazón” y no va en la cabeza, l...